La Gaceta

POR ERNESTO SCHOO

“En Buenos Aires conocí a Vargas Llosa, a Severo Sarduy; en Londres a Guillermo Cabrera Infante. Fuentes, Vargas Llosa y García Márquez se autodenominaban la mafia. Ese movimiento en el que un grupo de autores escribe, publica y al mismo tiempo da a la literatura latinoamericana un lugar que hasta ese momento no tenía, le debe mucho a Carmen Balcells, agente catalana que es una fiera y que tuvo la idea genial de reunir a esta gente y darle una especie de identidad, de cohesión que, fuera de la amistad de sus miembros, no tenía. A partir de entonces se genera un curioso proceso de emulación en todos los países latinoamericanos. Cada uno quería tener un representante propio. El nuestro con Cortázar, Uruguay con Onetti, Paraguay con Roa Bastos, Chile con Donoso, etc. Hasta lo mezclan un poco a Borges en esta historia, de la que no tiene nada que ver. Y se instala el criterio lamentable de que la literatura latinoamericana tiene que ser pintoresca y enrolarse en el realismo mágico. Y nosotros, los argentinos, que no tenemos color local ni realismo mágico, ¿qué tenemos que hacer ahí?...Balcells lo hizo bien y rápido; una gran campaña de marketing, diríamos hoy. Hay otros factores importantes. La industria editorial argentina era enormemente próspera, nutrida por los exiliados españoles de la Guerra Civil. García Márquez y Vargas Llosa me decían que ellos habían tomado contacto con la gran literatura gracias a las editoriales argentinas, como Sudamericana y Sur (ambos tenían un gran respeto por Victoria Ocampo). Otro factor, volviendo al contexto en el que surgió el boom, es la existencia en nuestro país de lectores cultos y ávidos de buena literatura. En tercer lugar, una época en donde la literatura española estaba muy en baja y desprestigiada por el franquismo, era fértil para el surgimiento de un fenómeno de esta naturaleza en otras latitudes. Hoy la literatura española tiene una presencia mucho más importante en el mundo. Finalmente, no debemos olvidar que Primera Plana era la revista que leía todo el mundo. Si no la leías, estabas “out”, como se decía en esa época. Y Primera Plana es la que presenta a García Márquez, este personaje curioso, extraño, irresistible. Con estas condiciones, apareció Cien años de

soledad en Buenos Aires y la gente devoró el libro”.

LA GACETA LITERARIA

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2023-10-01T07:00:00.0000000Z

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http://e-edition.lagaceta.com.ar/article/282965339732959

Diario La Gaceta