En esta primavera, a pesar de la sequía, floreció lo bueno, lo malo y lo feo de la vida, como la sonrisa y la tristeza, sobresaliendo en estos días la irrespetuosidad y la pobreza crónica. La inflación se volvió inmanejable produciendo incertidumbre y desconcierto en la mayoría de la población. Las especulaciones de mezquindades como las malversaciones nos recuerdan que todo se cobra y todo se paga en la vida. La sociedad, en especial los dirigentes, deben cuidar la paz social, brindando su servicio solidario sin confundir a la caridad con la limosna. La sociedad debe salir del consumo avariento, del despilfarro adquisitivo y, demás, de la indiferencia. Para volver a ver florecer la paz social, en cada escrutinio hay que votar pensando con el corazón y sentir en cada primavera la verdadera alegría de nuestra gente al ver florecer el amor en la vida.

Pedro Pablo Castaño Calle Las Palmeras-Barrio Perón Concepcion