¿Jugar bien o ganar? La eterna batalla cultural dentro del fútbol salta a escena de manera periódica. Tal vez, este sea el único deporte en el que un equipo que juega peor que su rival puede quedarse con la victoria.

“Ganar es lo único que importa”, fue la frase que hizo famosa (y de lo que hizo casi un culto) Carlos Bilardo. En sus antípodas, Gerardo Martino durante su paso como entrenador de Barcelona, fue contundente: “No alcanza sólo con ganar los partidos, hay que jugar bien”.

Ni bien finalizó el partido contra Guillermo Brown, los jugadores de San Martín se reunieron en el centro del campo y se abrazaron. Mientras el estadio vibraba y los hinchas cantaban hasta quedarse sin voz, Hernán Pellerano tomó la palabra.

Mirando a los ojos a cada uno de sus compañeros, con voz enérgica y sacudiendo el puño cerrado los incitó a seguir y seguir. “No se siempre se puede jugar bien. Lo importante es seguir creciendo y seguir ganando. Bien carajo”, lanzó el central que horas más tarde realizó un posteo al respecto en su cuenta de Instagram. “Siempre es importante planificar un partido donde creemos que vamos a estar más cerca de llevarnos la victoria. Pero el rival también juega y planifica; y en este caso lo hizo muy bien. Nos costó muchísimo; pero los equipos ganadores, cuando no tienen su gran noche, también ganan. Triunfo dedicado a toda esa gente que nos apoya incondicionalmente más allá del frío, la lluvia o los malos resultados. Esto es San Martín”, escribió acompañando el texto con fotos y videos de la helada noche de domingo.

Sus mensajes reflejan lo que vive San Martín de un tiempo a esta parte. No es sencillo correr de atrás; mucho menos a un equipo como Belgrano que tiene el plantel más caro de la categoría y que está realizando una de las mejores campañas a nivel global (sumó 46 puntos sobre 60, con una efectividad del 76.70%). Por ese motivo, el “Santo” sale a jugar cada partido sabiendo que no puede fallar ni en lo más mínimo y esa termina siendo una mochila extra.

Mientras dejaban el estadio, el comentario de los plateístas era contundente. “Ganamos, nada más. Hay que mejorar”, coincidían. “Nosotros sabemos que tenemos que ganar, después las formas pueden variar”, aseguró Cristian Llama, quien tuvo sus primeros minutos como jugador “santo”. “Tal vez nos faltó un poco más de claridad en los últimos metros. Pero después del gol supimos mantener el resultado y pudimos controlar el partido”, agregó.

Está claro que en esta ocasión (al igual que lo que había sucedido hace una semana en Villa Maipú contra Chacarita) los dirigidos por Pablo De Muner no lograron encontrar su mejor juego. Si bien de mitad de cancha hacia atrás el equipo se muestra bastante firme, parece haber perdido “pimienta” en los últimos metros.

Contra la “Banda”, al “Santo” le faltó desequilibrio, velocidad para mover la pelota y para saber encontrar el momento indicado para meter la pelota en el área. Lo ganó porque encontró ese penal y porque Tino Costa lo ejecutó con la soberbia que la situación lo requería. Pero lo ganó y es lo que verdaderamente importa.

Porque más allá del buen juego que desplegó San Martín en varios pasajes del campeonato, no son muchos los equipos que juegan bien o que sostienen un nivel aceitado. De hecho, el líder Belgrano ganó muchísimos puntos gracias a alguna individualidad tras haber sido superado en el trámite por sus rivales de turno.

Con 17 partidos por delante y 51 puntos en juego, el objetivo “Santo” es sobrepasar a Belgrano que por ahora le sigue llevando seis unidades. Por eso, pese a que De Muner se hartó de resaltar que importa mucho el cómo y que su equipo es el mejor de la categoría en muchos aspectos, necesita ganar, ganar y ganar sin importar si hay lirismo o pragmatismo. Porque en la recta final, todo valdrá para poder llegar a la meta planteada.