La Gaceta

“CAMINO AL GUINNESS”

Hacia una contienda electoral mul ti persona lista

MARCELO AGUAYSOL

El activista de la comunicación política ironiza y sostiene que, con la propuesta de relanzamiento de la gestión, el Gobierno se encamina a batir un récord Guinness.

Pese al pesimismo social por la desorientación del Gobierno y por la falta de reacción de la política a los problemas económicos, Mario Riorda no cree que todo esté perdido. Sin embargo, remarca que se ha roto por completo la confianza en la gestión del presidente Alberto Fernández. Politólogo y activista de la comunicación política, el director de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad Austral es coautor del libro “La política del Riesgo”. Durante la entrevista con LA GACETA, Riorda expresó que el actual gobierno cayó en una mala praxis comunicativa.

- En la sociedad hay una sensación de que todo se cae y que la economía no encontrará el rumbo. ¿Qué hacemos?

- Tratar de que el gobierno reaccione y transmita certezas, aunque más no sean parciales. No se sale de crisis sostenidas en el tiempo con formatos de shocks, no con las mismas personas al menos. No todo está mal, pero sí muchos temas que redundantemente circulan cotidianamente en la agenda. La inflación, por ejemplo, para todos. La falta de dólares o acceso al crédito para quienes generan trabajo. La falta de que la pobreza tenga al

trabajo como respuesta. Pero no todo está mal, sólo que se ha roto por completo la confianza en este gobierno y en particular con el Presidente. La confianza política más que la económica. Encima, él hace poco para frenar esa caída. Hace rato que él es su propio sistema de comunicación y eso es un absurdo político y profesional estando a la cabeza de un ejecutivo nacional y mucho más en crisis. Cuándo preguntas como está hoy a la sociedad y cómo se ve en el próximo año, no son malos los valores en las respuestas a título personal, local, provincial y, sin embargo, son pésimas las expectativas de lo nacional.

- ¿Cómo hace la política para encontrar el rumbo al país?

- Pensando una gestión de tipo incremental y, por ende, que tenga también una comunicación incremental. Que se base sólo en aquellos objetivos pertinentes en función de la disponibilidad de medios reales con una lógica prioritaria clara: lo posible y relevante. A fin de cuentas, privilegiar lo posible políticamente.

- ¿Qué es lo que falla en los gobernantes: la falta de políticas estructurales o la manera de comunicar sus acciones?

- En este gobierno fallaron ambas

cosas, pero sin duda cayó en una verdadera mala praxis comunicativa. La comunicación no es algo separado de la política, es la propia expresada en su modo público. Confundió tempranamente comunicación de crisis con comunicación de riesgo y el Presidente quería que se lo aplaudiera como el mejor presidente de la gestión de la pandemia; desde ese error le abrió la puerta a una enorme cantidad de sesgos cognitivos que desvirtuaron toda idea de consenso

sanitario, con una oposición oportunista agazapada para treparse a esas andadas. Planteando metas increíbles en las expectativas económicas como que tras ello Argentina iba a modificar las relaciones económicas internacionales y generar un leading case internacional habiendo doblegado al FMI; habiendo planteado una campaña electoral inocua en las legislativas, pero a la vez trayendo a Macri a y a la deuda al eje electoral. Ya luego, las idas y vueltas comunicativas, la pérdida de autoridad del Presidente diciendo y desdiciendo, los bloopers, la visita a Rusia una semana antes del inicio de acciones bélicas y otros tantos yerros no merecen análisis de tan burdos que son.

- El Gobierno dice que se propone relanzarse, mientras los ciudadanos reclaman medidas. ¿La política ha perdido la brújula de las decisiones?

- Si sigue pretendiendo relanzamientos, va camino a un récord Guinness. Eso es shock y es más importante pensar en acciones incrementales que son lo opuesto a las medidas o políticas de “shock”, a la política de los grandes pasos. Es el “paso a paso”, y se utiliza preferentemente este estilo cuando un gobierno se halla inmerso en un aura demasiado inestable para jugadas arriesgadas. Trata de evitar pesimismos generalizados. En el gobierno, en sus dos versiones, oficialista oficialista y oficialista crítico, han elegido lo que en política se llama “la salida del callejón sin salida”, algo así como razonamientos que se constituye en verdaderas justificaciones inevitables de cada cosa que se haga. Refinadamente es cuando se escoge de manera simultánea una política para alcanzar ciertos objetivos, pero se escoge a la vez el objetivo mismo. Diferenciarse adentro del gobierno sin mirar afuera es objetivo y política para ambos bandos oficialistas. Es algo así como pelear adentro de un frasco. Una racionalidad (porque lo es) excluyente de mayorías.

- ¿Por qué a los argentinos nos cuesta ponerle contenido a la palabra consenso?

- Porque no lo profundizan. Es una pose pública sin contenido. El consenso implica proyecto negociable, no imposición. Por eso, quién está bien, no lo usa porque quiere imponer; y quién está mal, lo reclama una vez que ya está caído. Así, no hay incentivos nunca. Hay un consenso relativo a las reglas fundamentales que dirigen el funcionamiento del sistema, de los temas de fondo, como otro consenso que tiene por objeto ciertos fines o instrumentos particulares como la trayectoria, formas y pasos para llegar al primer consenso. A pesar de que pueda sostenerse que el primer tipo de consenso es más importante para la supervivencia del sistema político, muchas veces el segundo se convierte en un elemento de acuerdo, ante la inestabilidad (o imposibilidad) del primero. Es el único consejo que puedo dar: hay veces que acordar las formas del debate es más importante para arrancar el debate.

- ¿El oficialismo y la oposición se ocultan las cartas y no juegan un partido en el que ganen los argentinos?

- Hace dos décadas que los sistemas de partidos de América latina se rompieron. Y eso hizo que las personalidades, antes que los partidos, dieran orden al desorden. Hoy, con sistemas de partidos rotos, la oferta presidencial empieza a ser una contienda de muchos y muchas. El multipartidismo, sin liderazgo preponderante, provoca escenarios impensables en contextos inconcebibles. Incluso la expresión multipartidismo no sea del todo correcta ni fiel, sino más bien debiéramos hablar de multipersonalismos. Con tantas personas compitiendo y sin liderazgos ordenadores, es lo más parecido a un festival de egos.

- ¿Qué nos espera como escenario para la próxima elección?

- Veamos Costa Rica, Perú y Chile que puede ser algo muy pedagógico. Tres de las últimas elecciones regionales presentaron fragmentaciones inéditas, con victorias de personalidades que no provenían de partidos políticos tradicionales y con una derecha radicalizada protagonizando mucho del debate. Habrá más tensión y ruidos crujientes todavía en las coaliciones. Lo que vimos es poco todavía…

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