La Gaceta

Fuerza e imaginación para forjar armas exóticas

Hoy, a las 22, History Channel estrena la cuarta temporada de Desafío sobre fuego Latinoamérica

“EL CHOLA”

“Desafío sobre fuego Latinoamérica” es un reality show donde los participantes compiten y enfrentan el reto de replicar armas tradicionales y exóticas bajo el intenso calor de la técnica de forja, un proceso por el cual se moldea un metal a través de una deformación en la que se aplica presión o impacto.

Hoy, a las 22, History Channel estrena la cuarta temporada de Desafío sobre fuego Latinoamérica.

Esta producción original llega producida y realizada totalmente en América Latina. La señal promete que vuelve más desafiante y con nuevos retos, con ocho nuevos participantes, un jurado integrado por Mariano Gugliotta, Ricardo Vilar y Doug Marcaida, y el regreso de su host, Juan Pablo Llano. En conferencia de prensa a los jueces y al conductor se les preguntó cuál ha sido el arma más rara que han visto, y todos coincidieron en que fue “el cobra knife”, artefacto que será visto en uno de los episodios. Y con respecto a las armas que manejan, comentaron que no ha existido ningún accidente en el set.

Por último, los jueces revelaron los puntos que toman en cuenta para ir seleccionando a los ganadores. “Primero que todas cumplan las pautas del desafío, ciertas reglas, luego la parte de los test, como la pieza pasa ese tipo de test y después se analizan. Cuando está muy igualado hay que ver los pequeños detalles”, explicaron.

Se espera que el concurso sea renovado para otras temporadas debido al éxito que ha tenido en Latinoamérica.

Ese que canta es Barboza, pastorcito tastileño. Apenas se lo divisa, cuando llovizna en el cerro. Cada cardón de la falda se le parece por dentro, un poco por las espinas, pero más por el silencio...

Hace unas semanas, en una amable crónica, “El Chola” Leopoldo Barboza (84 años) le contó al periodista Antonio Gaspar (diario El Tribuno, de Salta, 10/10/21) los supuestos entretelones de la zamba y se adjudicó ser el inspirador de la letra. Pastor y coplero que vive en Santa Rosa de Tastil, relató que Castilla había llegado en tren para visitar al telegrafista del pueblo. “Era uno de apellido Raspa, era su cuñado… El poeta vino por dos días y una tormenta en Diego de Almagro provocó un derrumbe en el puente 20. Vinieron los del Ferrocarril y dictaminaron que el servicio se suspendía por un mes. Al final fueron 28 días... comenzamos a charlar… yo salía de trabajar de enfermero y me juntaba con el poeta. Primero se tomó todo el vino del pueblo, no duraron las provisiones de tinto. Un día llegó a la Enfermería a pedirme alcohol para hacer yerbiao… Castilla volvió al tiempo con la novedad de que la zamba había ganado. Me había traído una caja con todas cosas ricas para comer y con recuerdos. Volvimos a tomar vino, y festejamos. A partir de ahí vinieron muchos famosos”, cuenta Barboza en la crónica del diario salteño.

Mirando pasar las nubes, encima ‘el cerro me quedo, y de golpe me parece que soy yo el que se está yendo. La florcita amarilla de tu sombrero, pastora dámela en Pascua, que es tiempo de andar queriendo…

También tiene recuerdos sobre el gran duende salteño: “un año vino el Cuchi Leguizamón con un colectivo lleno de maestras jubiladas rosarinas. Les había dicho que me conocía y se coló en la delegación y en realidad, nunca lo había visto. Sabía quién era, pero no lo conocía. Llegó con una damajuana dispuesto a macharme y que le cuente historias. Seguro, el Barbudo le recomendó eso. Se ponía la damajuana en el hombro y cargaba los dos vasos mano a mano. No le fue bien, el que se encurdó fue él. Las maestras lo tuvieron que subir al colectivo y se lo llevaron mamao”, comenta El Chola.

Mentor de una importante obra poética, Leopoldo “El Teuco” Castilla, hijo de Manuel, se indigna con estas historias. “Me contó mi padre que en Santa Rosa de Tastil, un enfermero de apellido Barboza se había adjudicado ser el pastor que menciona la zamba Pastor de nubes, cuando en realidad el pastor era un niño -de allí lo de ‘pastorcito’ como refiere la letra

“Un año vino el Cuchi Leguizamón con un colectivo de maestras jubiladas rosarinas. Llegó con una damajuana dispuesto a macharme y que le cuente historias

COPLERO Y ENFERMERO

y posiblemente, era un sobrino del enfermero Barboza. Al parecer la inminencia de la visita de turistas que van a esa localidad ha incrementado la aviesa imaginación de este señor con falsedades de este estilo, como que mi padre tomaba yerbeado con alcohol, como que estuvo Gustavo Leguizamón en las circunstancias que este señor menciona, describiéndolo, además, en un estado lamentable. La canción suele extender su leyenda y eso es inevitable. Salvo cuando otros móviles no tan inocentes la falsifican”, le dice el Teuco a LA GACETA.

TUESPECTÁCULO

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2021-10-26T07:00:00.0000000Z

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http://e-edition.lagaceta.com.ar/article/281921661255270

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