Padres de las escuelas experimentales de la UNT denuncian que muchas escuelas decidieron avanzar con la presencialidad sin dejar opción a los alumnos que no pueden concurrir a las aulas por distintos motivos.

“La posición tomada por el Rectorado, de permitir que cada escuela defina el modo en el que se daría la vuelta a clases supuso la falta de un criterio unificado en el esquema de presencialidad”, dicen en un crítico comunicado padres y madres de las distintas escuelas medidas de la Universidad.

“Algunas escuelas han decidido avanzar hacia un aumento de horas presenciales, suprimiendo la semana de virtualidad. Otras, en tanto, han establecido burbujas con clases matinales y vespertinas, también eliminando las clases en línea. Muchas de éstas opciones ni siquiera respetan las disposiciones establecidas por el COE”, denuncian María Gabriela Gómez, Elena Soria, Dorkas Andina, María José Escobar, María Joaquina Caldelari, Marcelo Medina, Rafael Hernan Flores y Natalia Ousset, entre muchos otros.

Hubo poca comunicación

“Las familias se enteraron a último momento del nuevo ordenamiento de las actividades escolares, incluso de la toma de exámenes previos que en algunas instituciones fue presencial”, adujeron los padres.

Los denunciantes aseguran que “las nuevas disposiciones suprimen las clases virtuales, únicos momentos en los que los y las estudiantes dispensados compartirán espacio de aprendizaje con sus compañeros y compañeras.

Ahora no sólo quedan más excluidos del trato con sus pares sino que no hay un momento en el que los y las docentes puedan dedicarles el tiempo y la atención que también se merecen y necesitan para educarse”, afirman.

“Quisiéramos que quiénes promueven la enseñanza presencial con exclusividad sean capaces de pensar también en estos y estas estudiantes que arriesgarían su salud y hasta sus vidas si fueran a las clases en las escuelas y que quedan excluidos de la enseñanza con este nuevo esquema de actividades”, arremeten.

Los padres identificados como “en defensa de la salud, la vida y la educación”, aseguran en su balance que “hay una fuerte presión de las instituciones sobre las familias para que acepten las nuevas disposiciones y envíen a sus hijos e hijas a las clases presenciales. Esto tiene que ver con las dificultades de garantizar el acceso a la educación de quienes no pueden trasladarse a las instituciones cuando se privilegia la presencialidad”, afirman.

También critican que “la universidad no ha hecho las inversiones que corresponde”. Preocupados por la llegada de la tercera ola de covid, mientras todavía no se han vacunado a los menores de 18 años con comorbilidades, firman el comunicado Damián López González, Viviana González , Natalia Martínez, Marcela Beatriz Hernández, Maria De Luján Di Nella y Hugo Alberto Busso, entre otros.