Disney ya lo había notado en los años 50 cuando el uso del automóvil se popularizó en Estados Unidos. En un dibujo animado denominado “Motomanía” o “Mi otro yo” (junio de 1950), Goofy (Tribilín para muchos) representa a un “ciudadano común, honesto y respetable” que posee un automóvil. “El señor Walker vive en un vecindario tranquilo y respetable, no lastimaría a una mosca. Pero posee un automóvil y detrás del volante acontece un fenómeno algo extraño. Cuando comienza a sentir una sensación de poder, toda su personalidad cambia y se convierte en un conductor endemoniado”, indica el relator. En el dibujo de más de cinco minutos de duración comparan a este monstruoso conductor que pelea con cada persona en la calle, con los peatones que circulan ingenuamente por la vía pública.

“Este dibujo es el que utilizamos en las clases de probation, cuando los jueces indican que una persona debe realizar una reeducación vial antes de recuperar su carné de conducir. Es la mejor representación de muchos conductores a nivel mundial que, cuando suben al vehículo, se transforman en un demonio: pierden la paciencia, tienen que pasar a todos y llegar a como de lugar”, explica Mirta Gallardo, psicóloga y subdirectora de Licencia de Conducir y Educación Vial.

Días atrás se viralizó un video cuando el juez agredía verbal y físicamente a un cadete que minutos antes lo había chocado con su moto. El juez terminó arrojando la moto del cadete contra el pavimento completamente enfurecido. "Está completamente loco", se escucha al joven que filmó al juez. Lo sucedido con el juez de familia

Orlando Velio Stoyanoff Isas en Yerba Buena, generó cientos de interrogantes y preguntas sobre por qué se puede llegar a ese nivel de violencia.

“El vehículo hace que la persona se sienta poderosa. Lo que vemos que sucede mucho, es que mucha gente reprime emociones en la vida diaria y luego esto explota de alguna manera. Estas situaciones son el desencadenante de otras. Por lo general, la persona ha pasado por una sumatoria de cosas y en estas situaciones se descarga con ira. Utiliza el automóvil como coraza o escudo protector”.

La ira es una exacerbación de la violencia. “Es una respuesta totalmente exagerada ante una situación conflictiva en donde se reacciona de una manera exageradamente violenta. El detonante es un conflicto menor, pero el problema viene de antes”, explica la profesional a LA GACETA.

“Cuando uno llega a un nivel como el que vimos en los videos que se viralizaron es porque necesita ayuda. Necesita apoyo de un profesional para poder analizar cuáles son las situaciones que desencadenaron esto y cómo podemos hacer para controlar esa emoción”, aconseja la especialista y subraya que la acumulación de situaciones de conflicto hace que uno pierda “su eje”.

La pandemia, aseguran, ha exacerbado este tipo de situaciones y de emociones. El encierro y las restricciones a las actividades que sirven como canal de desahogo y distensión como las salidas con amigos o el deporte, prepararon el terreno para que estas situaciones se instalen.

“No lo hemos estudiado concretamente pero el confinamiento, las restricciones y la incertidumbre que se vive en el contexto de pandemia genera un malestar que se exacerba e influye mucho en las emociones que se sienten. Todo esto puede generar cierto grado de violencia.

Datos a nivel nacional

“Hay mucha violencia en la conducción. El vehículo es una máquina que amplifica estas emociones. Si uno se sube enojado al volante, se amplifica el enojo”, explica Claudio Artaza Saade, perito especializado en accidentes de tránsito.

Según informaron desde Saade, Tucumán es la cuarta provincia a nivel nación en siniestros viales y tasa de fatalidad. “Primero está Santiago del Estero con una tasa del 15,4; luego San Luis con el 14,8; La Rioja con 13,2 y Tucumán con el 13,3”, explica. Otros datos a destacar es que el 81% de los varones protagonizan los accidentes contra el 17% de las mujeres y en el 44% de los accidentes son protagonistas personas de entre 15 a 34 años de edad.

Cómo se trabaja

Desde el área de Tránsito, antes de otorgar el carné de conducir a alguien, se realiza una evaluación psicológica. “No podemos saber cómo reaccionará una persona ante una situación de crisis porque debería estar en ella para que lo evaluemos. Pero existen herramientas que se utilizan para hacer esta evaluación y ver si las reacciones de esta persona son violentas. Algunas personas, por ejemplo, vienen a realizar el trámite de la licencia y durante el trayecto son agresivas o violentas con quienes los atienden. Ahí nos avisan y los psicólogos les hacemos una evaluación diferencial, analizando el control de ira”, expone Gallardo.

A veces, según la profesional, la persona está inquieta o tiene otro problema en mente y otras es realmente alguien violento que agrade permanentemente a las personas y puede devenir en casos mayores.

Qué pasa con el infractor

Desde hace un tiempo en Tucumán a través de una resolución emitida por el subsecretario de tránsito Enrique Romero se trabaja con los “llamados de atención”. Cuando una persona comete de una a cinco infracciones leves se le reduce la cantidad de años que puede sacar la licencia. Si podría hacerlo por cinco años, lo hará por tres, por ejemplo. Además, deberá realizar nuevamente el curso de educación vial para “refrescar” las normas de tránsito.

Por otra parte, si las infracciones son más de cinco “leves” o el conductor ha cometido una falta grave podrá sacar el carné solamente por un año, es decir, debe renovarlo anualmente. También deberá realizar el curso de reeducación vial de dos días de duración y en donde se llegan a mostrar videos adversivos en donde se evidencia la violencia de los accidentes de tránsitos para generar conciencia. “Son videos shockeantes porque algunas personas no reaccionan porque nunca han visto un accidente de gravedad. Con estos videos hacen un parate y reaccionan”, dice Gallardo.