La afectación cardiológica ha sido una de las cuestiones que más ha preocupado en el ámbito de la pandemia por la covid-19. Algunos enfermos cursaron con miocarditis, otros con elevación de marcadores de daño miocárdico, otros con arritmias, muerte súbita, etc. Por ello, y de acuerdo a los consensos que ya se establecieron universalmente (coincidentes inclusive con la Sociedad y la Federación Argentinas de Cardiología) a todo paciente postcovid que ingrese a nuestro consultorio se evaluará además de clínicamente con la tecnología y la imagenología moderna disponible, sea esta con un ecocardiograma Doppler, un holter, ergometría, resonancia o tomografía cardíaca y nada más que en la búsqueda de esa posible secuela cardiológica. Dentro de ese marco de estudios complementarios quisiera detenerme en uno de ellos, por el valor y accesibilidad que hoy adquiere en la evaluación de este tipo de pacientes y es el del ecocardiograma Doppler. Hoy el mismo está incorporado casi como un estudio de rutina en la especialidad representando una evaluación totalmente incruenta del corazón y de los vasos sanguíneos. La ecografía Doppler es una prueba no invasiva que calcula el flujo de la sangre en las cavidades cardiacas y en las arterias y venas haciendo rebotar ondas sonoras de alta frecuencia en los glóbulos rojos. Y con ello obtenemos gran parte de la valiosa información que uno necesita como cardiólogo. Ahora bien la palabra Doppler se usa hoy con mucha familiaridad, no sólo por médicos sino también por enfermos, por lo tanto permítaseme y a propósito de ello agregar un poco de historia. Obedece a que hace casi 180 años en 1842 en la ciudad de Viena un matemático y físico llamado Christian Andreas Doppler (1803-1853) describió por primera vez el principio de la variación aparente de la frecuencia de una onda percibida por un observador en movimiento relativo frente al emisor. Después y ya en el siglo XX vendría su aplicación en medicina de la mano de la ecografía y hoy su total vigencia en la valoración de los enfermos que padecieron el impacto del virus sobre el miocardio. Seguramente Christian Doppler no imaginaba que su nombre seria inmortalizado así en bien de la humanidad aunque más no fuera un simple escalón dentro de los progresos de la ciencia mundial. Falleció precozmente a los 50 años de tuberculosis en Venecia, genio universal había nacido en Salzburgo. Para el mundo.

Juan Leopoldo Marcotullio Ituzaingó 1.252 Yerba Buena